Durante décadas, las mujeres rurales han sido el pilar del agro, desempeñando un papel esencial en la producción de alimentos, el cuidado del suelo y la transmisión de conocimientos agrícolas de generación en generación. Sin embargo, su trabajo ha sido históricamente invisibilizado y muchas veces subvalorado. Hoy, gracias al acceso a formación, recursos y redes de apoyo, cada vez más mujeres están liderando el cambio en sus comunidades, demostrando que el futuro del agro es inclusivo y sostenible.
En nuestras iniciativas de capacitación y fortalecimiento comunitario, hemos sido testigos de historias inspiradoras de mujeres que han convertido pequeños terrenos en negocios prósperos. Muchas de ellas han formado cooperativas que no solo generan empleo, sino que también contribuyen al desarrollo local. Otras han implementado técnicas de cultivo sostenible, promoviendo la agroecología y el uso eficiente del agua.
Además del impacto económico, estas mujeres están transformando el tejido social de sus comunidades. Su liderazgo no solo impulsa la producción agrícola, sino que también abre espacios de participación en la toma de decisiones. Cada vez más productoras están ocupando cargos en asociaciones de agricultores, dirigiendo proyectos comunitarios y promoviendo políticas de equidad en el acceso a tierras y financiamiento.
El reconocimiento del rol de las mujeres en la agricultura es clave para seguir construyendo un agro más justo y equitativo. Nuestro compromiso es seguir brindando herramientas y oportunidades para que más mujeres puedan crecer, liderar y prosperar. Porque cuando una mujer rural avanza, toda su comunidad avanza con ella.